Dice que la actual violencia contra la mujer no distingue color político y las evidentes discriminaciones tampoco; y que hay una oportunidad histórica para redactar una nueva Constitución con un enfoque de género, “que nos permita pasar de la igualdad formal a una efectiva”.
En una semana compleja para Chile Vamos, Mónica Zalaquett (58) advierte que la centroderecha no tiene otra chance que la unión de todos sus partidos y su gente: “Solo cuando trabajamos unidas y unidos logramos ser gobierno en 2010, juntos volvimos a ser gobierno en 2018 y unidos tenemos que escribir la mejor Constitución”. Por eso cuenta que ni siquiera quiso decir cómo votaría en el plebiscito: “Sabes por qué, porque como ministra mi tarea es convocar a mi sector y nunca vi el aporte de decir cuál era mi voto. Hoy tenemos una oportunidad histórica de redactar una nueva Constitución para los próximos 50 años y la centroderecha no puede quedar al margen”.
Ministra, se ha hablado de un gabinete bajo mucha presión, un poco fatigado… ¿Es así?
Han sido meses difíciles, dudo que a otro gobierno le haya tocado tan duro como a este, pero honestamente veo a un gabinete unido (muestra su celular con el WhatsApp de ministros, como queriendo mostrar el respaldo diario que se brindan) y comprometido con el Presidente, que quiere sacar a Chile adelante.
Con ese mismo énfasis, cuenta que el martes 9 de junio llegó al ministerio a trabajar en los temas que unen a las mujeres y no a gastar energías en los que las dividen. “Hoy la lucha contra la violencia nos une a todas, promover la autonomía económica también, impulsar la corresponsabilidad en el hogar y crear liderazgos políticos y privados nos une a todas. Entonces hay tanta pega ahí que…”.
En la entrevista dice varias veces que las puertas de su oficina (en Catedral 1401) están abiertas para todas y que en estos meses ha invitado a conversar a distintos grupos feministas que prefiere no mencionar. “Tengo una buena relación con la sociedad civil y estamos ayudando a muchos colectivos. Algunas me querrán más que otras… Pero ¿sabes una cosa? Honestamente creo que el feminismo no es de izquierda ni de derecha, yo soy feminista, mi hija es feminista, millones de mujeres son feministas”, dice la exdiputada quien milita en la UDI desde el 2000, cuando trabajó en la campaña de su hermano Pablo, quien fue electo alcalde de La Florida y que hoy busca ser edil de Vitacura.
¿Es complicado ser una ministra de la Mujer de la UDI, considerando que gran parte del petitorio feminista de estos últimos años no concuerda con algunos principios de su partido?
Es que la violencia contra la mujer y las discriminaciones no distinguen color político, más si seguimos viendo, como ha sido en esta pandemia, que los números (estadísticas) confirman que en Chile hay un problema cultural grande que hay que revertir.
Pero hay demandas feministas, como el derecho al aborto libre, donde existen diferencias irreconciliables.
Aquí, mi postura es superconocida: siempre he sido una defensora de la vida. En Chile se debatió el tema del aborto durante casi tres años y hoy tenemos una Ley de Aborto por tres causales, y mi deber es asegurar que toda mujer pueda acceder a lo se dice ahí.
¿Cómo ha sido su relación con las parlamentarias de izquierda involucradas en temas de género?
Muy respetuosa, he participado, en la medida de lo posible, en todas las comisiones de la Mujer y he participado en la discusión de la ley de violencia Integral en el Senado. Convoqué a la mesa Covid a mujeres de la academia, la sociedad civil, del Congreso y de distintos colores. Son tantas las cosas que necesitamos que no me pierdo… He tenido dificultades que han tenido todos los ministerios.